lunes, 14 de septiembre de 2009

¿Muerto el Inambari, muerta la pobreza? La selva sumida en pobreza y desinformación

(Los Andes, 13 de septiembre de 2009).- Escribe: HUGO SUPO TIPULA - Enviado Especial | Sociedad - 13 sep 2009. Después de una plática de más unos diez minutos no logré ponerme de acuerdo con don Alberto Narváez Lima, sobre sus respuestas y mis preguntas respecto al proyecto de construcción de la hidroeléctrica del Inambari. Quise recoger su testimonio como afectado directo por la mega construcción, pero no supo darme referencias, sabe casi nada, le pregunté su parecer, pero me respondió frases incongruentes, le reiteré mis interrogantes esperanzado en ser yo quien fallaba al no dejarme comprender, pero poco sirvió. En la cuenca existe mucha desinformación, mientras en ciudades como Puno y Lima se arman sendos debates entre técnicos, políticos y figuretis sobre este proyecto, la gente que vive en esos poblados no accede a medios de comunicación, no tiene información a la mano, tampoco cuentan con asesores, la verdad aún no ha llegado a este lugar, y claro, justificadamente crece el miedo a perderlo todo porque dizque unos brasileños vendrán para inundarlo todo y construir una gran hidroeléctrica.


Alberto Narváez y su familia viven en la ribera del río Inambari, en una zona conocida como “La Boca”, cerca del centro poblado de Puerto Manoa, en el distrito de San Gabán, frontera con Madre de Dios. Un panorama paradójico rodea la rústica vivienda de Alberto hecha a base de madera, por un lado rico y hermoso; por el otro reflejando aquella pobreza de la que tanto hablan las estadísticas del gobierno.

En medio del verdor de los bosques, cerca de la casa de Alberto está la carretera Interoceánica que próximamente será concluida, a pocos metros pasa el río Inambari donde los pequeños nadan ante el sofocante calor de la selva, más cerca aún Alberto tiene sus frutales de donde obtiene algunos recursos para sostener la economía familiar. Él sabe que su vida transcurrirá así, quizás hasta el final de sus días, no se imagina viviendo en otro lado, dedicándose a otra cosa que no sea la agricultura o a lavar el oro que arrastra el río.

- ¿Sabe usted que este lugar será inundado y van a tener que irse a otro lado?- le pregunto.
- Sí- me responde con una mueca de duda en el rostro.
- ¿Y qué piensa?, ¿está de acuerdo?
- Está muy bien, este proyecto debe hacerse para que haya más trabajo.
- ¿Usted cree que la gente se quiera ir a vivir a otro lado?
- No, a dónde vamos a ir pe, aquí nos trabajamos para vivir, yo vivo hace muchos años, pero habría que ver qué nos ofrecen, porque seguramente así nomás no nos van a botar.
- ¿Qué sabe del proyecto de la hidroeléctrica del Inambari?
- Está avanzando, en el 2011 tiene que terminarse dicen…

El chofer de la camioneta toca el claxon para avisarme que es tiempo de marcharse, lo que no me permite aclararle a don Alberto que no hablo de la Interoceánica, sino de otra obra. Me voy con la certeza de que allí la gente esta más que desinformada.

Similares anécdotas se volvieron repetitivas en casi todos los poblados asentados en la cuenca del río Inambari, donde esta semana acompañé al fiscal del Ambiente de Puno, Pedro Farfán Parrales, para inspeccionar los posibles daños que ocasionaría la hidroeléctrica a la ecología.

El recorrido empezó el lunes 07 de septiembre por la madrugada y culminó el pasado jueves. Para llegar a la cuenca del Inambari hay que viajar en auto por casi seis horas por el trayecto de la carretera Interoceánica, partiendo de Puno, pasando por Juliaca, Azángaro, Macusani, Ollachea y San Gabán. Distintos paisajes acompañan el viaje de la sierra a la selva.

DE VISITA A LOS PUEBLOS

Puerto Manoa, está ubicado sobre los 600 metros sobre el nivel del mar, tiene categoría de centro poblado y sus pobladores suman alrededor de cuatro mil, según sostiene Moisés Valdez, dirigente de la Asociación de Comerciantes del lugar.

Allí se rechaza el proyecto brasileño casi por unanimidad, “no vamos a dejar que nos quiten nuestras tierras, no tenemos dónde ir, nos quieren meter cuento”, afirma el comerciante, mientras el fiscal se acerca para tomarle sus declaraciones.

En Puerto Manoa se frustraron los talleres que ECSA Ingenieros (encargada por el consorcio Amazonas para hacer el Estudio de Impacto Ambiental) organizó para dar detalles del proyecto, tal como manda la legislación peruana. La razón es que la población no quiere ser mecida, piden un informe concreto sobre su futuro. Otro sector ya no pide nada, sólo que los dejen en paz.

En la Trinchera, también ubicada en la ribera del afluente el panorama no es distinto, la gente sabe poco y rechazan la intención de construcción.

Incluso en Challuamayo el rechazo es más contundente, la señora Olga Cutipa, dirigente de la zona, se dispone a defender sus tierras y argumenta que los brasileños no solamente quieren el agua para la hidroeléctrica, sino también el oro que arrastra el río, mineral que actualmente extraen esos pobladores de manera artesanal.

Igualmente dispuestos a no dejarse sorprender se encuentran los moradores de Lechemayo, donde si bien se hicieron talleres informativos, poco ha quedado claro. Esto según el representante de ECSA Ingenieros, Enrique Millones, porque el proceso dispuesto por el Ministerio de Energía y Minas, obliga a hacer un proceso informativo lento, algo que a él también le parece poco eficiente.

A unos kilómetros de este pueblo se encuentra Loromayo, donde la población ha escuchado del taller, algunos han asistido, otros no, pero inicialmente no quieren saber más. En Carmen, Cuesta Blanca y caseríos aledaños no hay cambios de posición.

DESCONFIANZA ANTE MALOS ANTECEDENTES

La población tiene razón en desconfiar de las promesas que les puedan hacer, observan lo que ocurre con la capital del distrito de San Gabán, donde la pobreza pulula por sus polvorientas calles, en los centros poblados donde a pesar de contar con la hidroeléctrica de San Gabán, no tienen energía eléctrica y menos acceden a posibilidades de desarrollo, pues la presencia del Estado no se nota.

La misma desconfianza se ratifica con la presencia de INTERSUR, empresa que construye el Tramo 4 de la carretera Interoceánica, porque les prometieron trabajo digno y no hay, les ofrecieron proyectos de desarrollo y no existen, les hablaron de mejores destinos y aún esperan esas el cumplimiento de esas promesas.

LA HIDROELECTRICA

El proyecto de la hidroeléctrica del Inambari nace de un convenio bilateral firmado por los gobiernos de Perú y Brasil, pretende ser la más grande del Perú con una capacidad de producción de 2.5 GW de potencia y una inversión de cuatro mil millones de dólares.

Este proyecto implicará embalsar el agua que lleva el río del mismo nombre hasta alcanzar una cota de 540 metros sobre el nivel del mar, significa eso desaparecer pueblos enteros (aproximadamente 50), afectar la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Bahuaja Sonene (4%) y hacer un nuevo trazo para la carretera Interoceánica (100 kilómetros de afectación), entre los aspectos que más atraen la atención.

Enrique Millones, representante de ECSA Ingenieros, señala que el proyecto está siendo replanteado para aminorar la afectación, aunque para él está claro que esos bosques carecen de valor, pues han sido depredados por el mismo hombre.

Adicionalmente, la Dirección Regional de Educación de Puno (DREP) advirtió que con el proyecto se desaparecerán 19 instituciones educativas en toda la zona, implicando una pérdida de casi 400 mil nuevos soles.

La misma empresa ECSA es conciente de que no hay cifras correctas sobre los pobladores, se habla de 15 mil habitantes afectados directamente con la inundación de los aproximadamente 40 kilómetros cuadrados en toda la cuenca, pero en realidad no hay institución que revele datos exactos.

Es por eso que se requiere con urgencia hacer un estudio mucho más serio, con propuestas concretas y claras a las interrogantes de la población, aspectos que deberían de verse claros en los próximos talleres que toca hacer. En caso contrario, quizás estemos advirtiendo de otro fenómeno “Bagua”.

HUÉRFANOS DE AUTORIDADES

Un aspecto más que preocupante para la población de la zona es que las autoridades no tienen presencia allí, aparentemente no hay quien los oriente y los defienda. Por esa razón exigieron al Gobierno Regional de Puno les envíe asesores técnicos, algo que según el gerente de Recursos Naturales y Medio Ambiente, Lucio Mamani, es posible cumplir.

En todo este contexto, lo que nadie se atreve a decir es que, si construir la hidroeléctrica valdrá la pena para solucionar el problema de pobreza extrema que se registra con esas poblaciones. La empresa Amazonas no deja claro si con su proyecto sacarán de la actual situación a los miles de pobladores sumidos en la exclusión. En resumen, hay muchas dudas que resolver aún, mucho pan que rebanar.

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Es una iniciativa colectiva que se basa en las comunicaciones como herramienta para el ejercicio de derechos de los pueblos indígenas.

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